– El problema de los trastornos auditivos se ha convertido en una enfermedad de la civilización – dice el Prof. Henryk Skarżyński, director del Instituto de Fisiología y Patología Audutiva de Kajetany. – Antes, la hipoacusia de una persona de setenta años se consideraba algo normal. El desarrollo de la civilización actual, el ruido que nos rodea en todas partes, los auriculares, la música alta desde la niñez temprana, como también los medicamentos ototóxicos, los trastornos circulatorios o metabólicos, hacen que el límite de los 70 años se desplace hasta los 50 años de edad. Por suerte, somos capaces de ayudarles casi a todos los pacientes que sufran alteraciones en la audición, desde un niño hasta un centenario. – añade el Profesor.
Los trastornos auditivos conducen a muchas afecciones y a un empeoramiento general del funcionamiento de la persona. En caso de los niños, los trastornos, incluso si son ligeros, pueden influir de forma negativa tanto en el desarrollo de la comunicación verbal, como en el desarrollo general del niño, incluidos sus resultados del aprendizaje. En caso de personas mayores, pueden dar pie a trastornos de las funciones cognitivas, episodios de pérdida de la memoria, pueden estar relacionados con un riesgo más elevado de la enfermedad de Alzheimer. Ante todo, sin embargo, dificultan o impiden la comunicación interpersonal diaria.
– No obstante, una de las bases del desarrollo de la sociedad moderna es el avance en los contactos interpersonales, el acceso a la información y su intercambio – añade el Prof. Skarżyński. – Mientras que a principios del siglo XX lo que decidía en un 95% sobre el funcionamiento de la persona y su posición en la sociedad eran las capacidades manuales, en actualidad, lo que decide en más del 94 por ciento es la capacidad de comunicarse. Una buena audición es indispensable en este caso.
Actualmente, existen grandes posibilidades de tratamiento de cada grupo de pacientes. En el Instituto de Fisiología y Patología Auditiva, en la terapia de los trastornos auditivos se utilizan los implantes: cocleares, del oído medio, implantes de conducción ósea, cuyo objetivo es la mejor posible transmisión del sonido al oído interno, o aparatos que estimulan directamente el oído interno, como también diferentes tipos de audífonos. Las soluciones más modernas no están reservadas para los jóvenes, su aplicación en el tratamiento no tiene límites de edad. Gracias a ellas, muchas personas con hipoacusia puede no solamente oír bien, sino también comunicarse y permanecer plenamente activos durante muchos años.
El Instituto de Fisiología y Patología Auditiva tiene actualmente bajo su tutela más de 5 mil usuarios de implantes auditivos. En el Instituto se llevaron a cabo alrededor de 400 mil procedimientos quirúrgicos, se introdujeron en la práctica diaria cerca de 200 nuevos programas clínicos, incluidas prácticamente todas las soluciones innovadoras relacionadas con el ámbito de implantes en la otocirugía. Los pacientes polacos tienen en el Instituto el acceso a las tecnologías más modernas como primeros o unos de los primeros en el mundo.
En el año 2017, el Instituto celebra un aniversario muy importante: el de 25 años de la primera en Polonia inserción de implantes cocleares en una persona adulta sorda y en un niño sordo realizada por el Prof. Henryk Skarżyński, quien, al proceder a esas operaciones pioneras en Polonia, no solamente ofreció la posibilidad y la esperanza a miles de pacientes sordos, sino también empezó a realizar un programa de tratamiento de la sordera total en nuestro país. Estos tratamientos fueron un avance decisivo en la otocirugía polaca. Las posibilidades actuales en el campo de las operaciones de reconstrucción del oído, que mejoran la audición, abarcan unos 20 mil de procedimientos de este tipo, aplicados no solamente en el Centro Mundial de la Audición. Es una cifra desde varios cientos hasta un mil por ciento superior a la de los centros otorrinolaringológicos más grandes del mundo.